Cartas
a Cris II
Vivimos
de nuevo tiempos convulsos…¿cómo de nuevo?, ¿acaso Cris, hemos dejado algún
momento de vivirlos? Recuerdo agosto, aquel cálido agosto…
Los
eventos y circunstancias no ocurren solos, generalmente hay un espectro de
mínimos a máximos, de intervención de personas. De hecho creo, que muchas “convulsiones”
suceden provocados por acción directa de ciertos seres, los que además, mantienen
el tono exaltado e irritante del contexto.
¿Recuerdas
a Carmen, Cris?.
Continúa
bloqueada por esos seres extraños, antes en la oscuridad plena, sin una luz
mínima, ni una guía, en una continua y sistemática deportación, marginal, tú
sabes…aderezada por y con discriminación, aislamiento, negación al desarrollo y
participación, desprestigio, falsedades, silencios, hostigamiento, perturbación,
amenaza…y otros intangibles y desmedidas miserias. En estos momentos, y ya desde, algún otro
despiste azorado de un alma vapuleado por estos seres, puso alguna cara a estos
seres. Nada nuevo que no intuyéramos Cris, pero no nos atrevíamos a creer. Ahí
están, unos adormecen, otros comienzan a apagarse, otros silentes apuran golpes
represivos.
Próximos
a iniciar los pródromos de nuevo de un periodo incierto Cris, sabes lo que eso significa,
nuestra aventurada Carmen, afronta no tanto por intrépida, como por valentía al
continuo y tenso bloqueo, una acción-proyecto que solo cuenta con intenciones
ajenas.
¿Recuerdas
cuando hablamos del respaldo estructural, logístico… a proyectos? Lo contrario
es de pobreza conceptual, si no es considerado, aunque lo sea, necesario,
oportuno, estratégico y sostenible, el avance es incierto, inseguro, sobrexpuesto
y abocado al cuestionamiento.
Carmen
solo dispone de apoyo informal y contabilizado. Pero la amenaza a la situación
ya ha comenzado. ¿Recuerdas Cris, aquellos informales tóxicos? ¿Los de poder
informal, al paraguas de poderes fácticos, políticos, y sectas de líneas
intraprofesionales.? Hablamos de sus maneras, sus ataques, sus estrategias... Ya
han aparecido. Algunos (as) tienen serviles que les hacen el trabajo por adelantado,
se atreven a deslizarse entre profesionales indagando lo que les es ajeno,
laboral y relacionalmente, en torno a Carmen. Luego ellos (as) hacen el segundo
abordaje, menos sutil, más intervenido y mediatizado. Vileza y bajeza grado
máximo, Cris. Esas cabezas de sección informales, sin responsabilidades, más
que su desempeño en el marco de su puesto laboral deben tener poca ocupación en
la búsqueda de resultados en salud, pues andan más preocupados (as) en vida
ajena que en la propia y en sostén de allá, otra vida.
Pero
somos nosotros Cris, los profesionales, quienes estamos dejando que esos
informales negativos, tomen el control en las grandes organizaciones desde sus
chiringitos tecno-clínicos. Adoptaron por puertas laterales a otros profesionales
huidos, sí, sí, huidos, de otros espacios, acogiéndoles bajo el confort
calorífico de sus alas y ahora caminan cual polluelos o soldados en breve, sin
desviarse de la instrucción y probablemente futuros
tóxicos formales.
En ese tránsito dejamos a Carmen, a expensas de la deriva
provocada, subclínica, prodrómica, clínica ya, y a falta de una definitiva
resolución, en cualquiera de sus formas.
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Respeto y sentido, del común también