lunes, 29 de abril de 2019

PROYECTO HUGES. TOMANDO CAFÉ CON ZULEMA GANCEDO


"El Proyecto HUGES nace con la idea de remover conciencias, de dar un nuevo aire a la gestión sanitaria, ya que la corriente humanizadora actual nos ha de hacer ver que otra manera de gestionar es posible."

Fui invitada a participar en "tomando café con...", una iniciativa del proyecto HUGES que recoge opiniones, debate, vivencias, valores...sobre humanización en el ámbito sanitario y desde el punto de vista de la gestión. Agradecida participé ofreciendo parte de mi experiencia y algunas concreciones de cómo hacer efectivo el discurso sin tanto pupitre, quedaron situaciones más concretas de la experiencia personal e interrelación individual en dicho ámbito, pero seguro tendré oportunidad de concretarlo o participarlo en otro momento, en otro lugar... 

1 ¿Qué es para Ud la humanización?
Proceso de reconvertir lo que previamente debiera ser y/o era “humano” y deseamos reconducir para mejor condición y beneficio de las personas. Mejorar lo que de partida debería ser y de alguna manera y por diferentes causas ha ido perdiendo las cualidades esenciales
Esa sería la respuesta sencilla y conciliadora, aunque dura. Sería fácil, desde un punto de vista mediático, ofrecer una respuesta más cándida y realzar la fascinación que genera y recrea este término en el último tramo, en los últimos tiempos y también desde una postura que contemple armonía y contemporización con todas “las partes”. No concibo actuaciones de personas hacia personas, u otras dimensiones, y en concreto en ámbitos de salud, donde los afectados de las mismas, con seguridad, partan de una situación deficitaria, emocional, física… Tengo en cuenta que diversos factores imperantes y condicionantes, como la tecnología y la fascinación que conlleva, la cambiante sociedad y despriorización de valores, la presión laboral, etc…, todo ello, y/o de manera conjunta, facilite o afecte a los profesionales profundamente y en ese sentido, de la misma manera, se traduzca en un proceso retroalimentado, y contra natura hacia pacientes, podría entenderlo, pero no lo justifico. Desde mi experiencia y escaso saber abogo por los entornos saludables, el liderazgo transformacional y sobre todo por el profesionalismo, en todos los ámbitos, entornos y posiciones.
Pero es cierto que no oculto que me resulta llamativo el término en su aplicación actual, y sobretodo el cómo. Quizás por mi propia concepción de la vida, de las relaciones interpersonales, de las interrelaciones, los valores, etc…Sobretodo porque viene a identificar que hemos fracasado en muchos aspectos esenciales, en lo colaborativo, en el humanismo, como sociedad, y en un ámbito, el sanitario, la salud…en la que esas cualidades deberían ser inherentes a los procesos que se generan en esos ámbitos y si no surgen de manera espontánea o profesional, asistimos a un estado peor, la falta de compasión. El profesionalismo en su ejercicio y para las profesiones sanitarias, conlleva implícita la esencia humanista como cualidad de la excelencia y ésta como meta. Si este aspecto clave, falla en el desempeño desde cualquier punto de intervención en nuestro sistema, no estamos “siendo”, ni siquiera profesionales. .
Sin embargo, me resulta aceptable admitir, dado que la realidad invita y ofrece amplios márgenes de mejora, que se pueda, incluso deba, utilizar en aras de advertir o corregir contextos que estén alejados de la condición referida e incluso restando dignidad a la vida. Si,  la deshumanización nos alerta, desde los comportamientos inaceptables o de baja talla moral y profesional, hasta la contribución directa o indirecta en entornos, condiciones y factores, que provocan la falta de condición humana, de dignidad, de unicidad, de respeto, de compasión… La invisibilización de nuestros congéneres, posicionando a las personas en situación deficitaria, multiplicando su vulnerabilidad y negándoles un estatus de seguridad compatible con la superación, es sin duda un auténtico problema y por ello una necesidad que requiere soluciones y deberemos intervenir para evitar la degeneración.

Entre saneamiento, curación de espacios, ambientes, entornos y formas de relación terapéutica…, vamos a llamarlo humanización, venga va... aunque me mantengo firme en la disposición natural e intrínseca, en la querencia hacia el cuidado y atención de las personas, profesionales…¿quién quiere cuidar?, ¿se puede cuidar bien o de forma correcta sin ser humano, profesional?, pensemos….Advierto que de la misma manera cuando me acerco a una ventanilla, punto de acción o provisión de servicios me gustaría encontrarme lo mismo (otras administraciones públicas, el supermercado, comercios...) y cuando no lo encuentro me disgusta. Entiendo la relación entre humanos de manera diferente a como me la encuentro en muchas ocasiones, cada día, y así mismo, cada vez que me encuentro un gesto amable, una persona sin posturas retorcidas, ni escaramuzas, confiable y no prevenida, me tranquiliza y me dispone en otro espacio más confortable. Entiendo que algo así, debe de ocurrirles a quienes reciben nuestros servicios, experiencia de paciente, si tenemos en cuenta que los factores que interfieren en dicha relación son complejos…enfermedad, desinformación, miedos, angustias, despersonalización, entrega, déficit en la comunicación…La motivación a mantenernos en claves de apertura, apoyo, facilitación, escucha…ha de ser o debiera ser inherente como respuesta a cuidar, atender, dispensar...
El ser humano es de los seres vivos con mayor factor o capacidad de adaptación si las circunstancias lo requieren, y por ello es capaz de soportar condiciones poco o nada humanas, perennes, transitorias y/o progresivamente sobrevenidas. Por lo mismo, el ser humano y por factores concomitantes o coadyuvantes es capaz de procurar y sostener acciones, actitudes que restan humanismo a la vida, a la esencia y condición de ser y convivir. El resultante de ello, es a lo que estamos asistiendo, normalización, adaptación, soberanismo del yo…
En ese sentido y por el contexto que nos sitúa (sociedad cambiante, tecnificación, inversión de categoría de valores, etc…) puedo entender la rehumanización, como proceso de reconducción sobre un fracaso patente en la interacción humana. Me parece triste, aunque quizás represente una oportunidad, si ésta no se convirtiera en una categoría más, una categoría sin valor, carente de un análisis profundo, global y desde la contemplación de la esfera biosocial y política. Un cambio que afecte al modelo, a las esferas de mando, de gestión, de la escena política, social y de la educación, un cambio paradigmático, que de no ser así, perderemos de nuevo la oportunidad, la credibilidad…y la necesidad de restituir los valores y prioridades. Un proceso que requiere profundizar en las cuestiones antropológicas que preceden y analizarlas, profundizar y entender las necesidades para compensar y mantener nuestra condición “humana” (entiéndase) y también la comprensión absoluta de todas ellas, incluido el aprendizaje continuo, ante la diversidad, la descompensación, la fragilidad…
Los procesos de humanización serán meros, simplistas y anodinos, si no revisamos y calamos en el cambio de modelo y de comportamiento, eso sí, servirán para lo que muchos ya hayan calculado de una manera u otra y desde distintos niveles de posición. Por ello, la restructuración desde los valores y la ética en todos los niveles requiere un compromiso y acción necesaria para fundamentar la humanización, en estos términos referidos, y no sustituir de nuevo, por aquello que quizás nos condujo hasta aquí, el positivismo basado en la racionalidad técnica-científica, utilitarista, promotora del poder, del poder del dinero, y de la producción.


2 ¿Tiene alguna experiencia personal en el mundo de la humanización de la sanidad?

Varias, por un lado, sobrevivir a un sistema deshumanizado en muchos aspectos, relacionales, intraprofesionales e interprofesionales en lo asistencial, docente, investigador y de gestión. Por otro lado, he vivido algunas buenas y gratas experiencias.
Ahora bien, si te refieres a experiencias participativas en el contexto de un grupo de trabajo, al amparo de alguna organización, logo o movimiento, en el marco de alguna dirección corporativa, asistencial u organizacional, no.
Si te refieres a experiencias personales y también intra e interprofesionales, tanto en la relación terapéutica, como en los distintos ámbitos, gestión, dirección, como profesional, en el marco de mi experiencia, sí.
De entre ellas y fuera del contexto asistencial, en el que creo siempre he tenido la conciencia y postura que he manifestado, de las que más me invita a sentirme orgullosa a la par que me concilia con la profesión, es todo aquello que tiene que ver y pude hacer, dando valor a los profesionales, a las personas, en el ámbito de la gestión.
En el desempeño del último tramo como directiva, desarrollamos un proyecto enfocado en la gestión del cambio, una estrategia global que contemplaba la participación de los profesionales como impulsores del mismo. Un plan en el que contemplábamos además de una gestión específica de personas, procesos, clientes/usuarios/pacientes y sociedad, un sistema de mejora continua. Nuestro departamento a través del trabajo común, la comunicación y nuestros principios, valores, misión y visión como profesión y los de la organización actúo con políticas de gestión de personas con instrumentos de facilitación y adaptación en equilibrio con necesidades por una parte y otra. Se ofertó y facilitó formación específica de mandos, se propició cambio de clima laboral se facilitaron muchos aspectos de desarrollo personal y profesional, se reconoció el talento y la aptitud dándole el valor necesario desarrollando nuevas oportunidades asistenciales al cuidado y generando respuestas a necesidades de atención a los usuarios, formación en competencias específicas, incluso avanzamos en un sistema de gestión por competencias, etc… sería largo y requeriría otro café para describir con precisión las actuaciones llevadas a cabo y los resultados y casos concretos en relación con lo mismo, algo de lo que siento mucho orgullo profesional, por sentir que realmente aún en organizaciones tan complejas como son los hospitales, se puede hacer grata gestión No me permitiría contar esta experiencia si los datos no fueran contrastables como efectivamente lo muestran las evaluaciones ad hoc que se realizaron siendo sus resultados comparados con otro momento y también desde la esfera nacional.
También se trabajó en lo inherente a nuestra profesión, el trato humanizado y la humanización de los procesos y espacios y así fuimos celebrando los días del paciente con jornadas propias y celebrando el día anual, donde reuníamos a los colectivos y asociaciones. Trabajamos con las reclamaciones y algunos procesos en concreto, incorporamos participantes voluntarios organizados al área de pediatría (nunca habían incorporado experiencias de este tipo), también voluntarios trabajadores del hospital que ofrecían sus habilidades técnicas para facilitar entornos amables, dedicamos incluso un #JuevesEnfermero a la Humanización. He de confesar que siempre he tenido especial sensibilidad por el trato correcto, la profesionalidad, la relación terapéutica, la justicia, la benevolencia, el compromiso, el deber, la ética, etc…tanto que, recuerdo dedicar dos #JuevesEnfermeros a esto mismo, uno fue “Ética y Responsabilidad Profesional” y otro “Responsabilidad profesional y Ética”.
Hubo más actuaciones en ese marco y hacia los profesionales, como entrevistarse con cada una de las incorporaciones que se producían respecto a movilidades, traslados, opes, nuevas acciones, contratación estival o cualquier otra incorporación, una bienvenida o acogida en la que también se exploraba afinidades y competencias y en la medida de lo posible se facilitaban no solo puestos ad hoc si no la adaptación. Para otras circunstancias se revisaron situaciones y facilitábamos de manera proactiva el acercamiento y entrevista, como en el caso de los listados de profesionales en situación de riesgo laboral por condiciones patológicas u otra circunstancia. Actualizamos dichos listados, revisando caso por caso, tras varios años de paralización, revisamos informes, trabajamos con departamento responsable, tanto RRHH como RRLL, realizamos informes actualizados, interconsultas y revisiones. Algunas intervenciones muy concretas en apoyo a situaciones que requerían control clínico y profesional que fundamentamos con criterios de seguridad clínica para paciente y progresión en la adaptación al puesto tras incapacidades transitorias complejas y complicadas que no procede describir en estos momentos, pero que asumí con compromiso profesional y personal.
Creamos un grupo de trabajo para ir más allá e incorporar la mejora a los procesos de clientes, generar inquietud y sensibilización al respecto y en el marco de nuestra estrategia como estaba contemplado. He de confesar que todo lo mencionado y este caso en especial costó incorporarlo tras resistencias sobretodo de cambio cultural en una organización con idiosincrasia tipo de estas organizaciones, y la propia también especial. 
Respecto a espacios y estructuras defendimos espacios apropiados en algunas áreas para preservar intimidad y dar unicidad a la persona y en otros gestos a incorporar en la atención.
Y si, nos dimos cuenta que estábamos haciendo “lo humanamente posible” por hacer una gestión de personas adaptada a las necesidades de personas y pacientes para un contexto difícil, en un momento determinado, teniendo claro que estábamos en el siglo XXI y queríamos hacer simplemente lo correcto, porque eso, ya sería lo mejor. Ahora veo claro que armonizar, equilibrar, compensar ciertos aspectos en la macrogestión es lo que debiera ser, y si ello no es así, pues podemos llamarlo reajuste, estilo de gestión o humanización en la gestión.
Creo que en la vida diaria no contemplo otra actitud e impregnación que no sea humana, inhumana o deshumanizada, aun habiendo sido víctima de actos y gestos, digamos poco humanos, por ser relativa o políticamente “correcta”. 

3 ¿Cómo humanizaría el mundo de la gestión?

Recordando… ¿qué somos, quizás?. ¿Reducando?. ¿Identificando qué es lo que nos hace ser (iba a decir peores gestores o personas, pero estoy tomando un café en público) de una manera y no de otra?.
No consintiendo actitudes, comportamientos, acciones y abusos que humillen la condición de profesional, de compañero, colega, ni de éstos a pacientes, ni entre profesionales.
Trabajando con los profesionales, la comunicación eficaz, la negociación, respetando en las dos direcciones, aportando valor, ofreciendo oportunidades con responsabilidad añadida.
Entendiendo, transmitiendo y recordando a las personas, profesionales y a quienes enfrenten esta responsabilidad que la gestión es solo una “herramienta” compleja que ha de facilitarnos el ordenamiento y la conjugación de procesos y personas, para la provisión de una atención de calidad y nunca, una excusa, disculpa o arma arrojadiza, incluso instrumento de super poder, dictadura, manipulación o deshumanización contra las personas.  
Desarrollando habilidades sociales, unos y otros, facilitando entornos saludables, identificando la vulnerabilidad, frenando la competencia desleal, el provecho interesado y personal, la jerarquización desvirtuada. Ofreciendo herramientas de canalización de ideas, de proyectos, de talento, de innovación, de proyección, de liderazgo, de participación, oportunidades.
Exigiendo responsabilidad, compromiso y rendición de cuentas.  
Comunicando el Qué y Para qué, y ofreciendo el Cómo.
 
4 ¿Opina que los valores y la ética van de la mano a la hora de re-humanizar la organización?

Sin duda. Si no fuera así no apuesto por ello en ninguna de sus formas.

5 ¿Dónde debe iniciarse la humanización?

En uno mismo.
En uno mismo y hacia los demás.

6 ¿Conoce a algún personaje histórico que fuera humanizador?

Jesucristo.

7 Por su experiencia como enfermera docente y gestora como cree que debería enfocar el Proyecto HUGES sus actividades?


Creo que estableciendo lazos de unión entre la experiencia, lo aprendido y lo que de verdad importa, las personas, y lo que ofertan a los pacientes, cuidadores y familias. Nuestro fin, no solo es resolver problemas, sino generar vínculos apropiados, CUIDAR.



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